Inagotable Amor

A mi hermana en su cumpleaños

hermana

¡Qué cosa tan curiosa!

Es el amor que sientes por mí,

ahorita me abrazas,

en un segundo me gritas.

 

Comprendo, no soy fácil

la culpa solo la tienes tú

de mi comportamiento infantil

y del capricho bien cultivado.

 

La verdad es;

Que contigo siempre seré

la niña aquella

que tanto te hostigó

 

¡Si! esa misma niña

de cabello al viento

sucia y despeinada,

la de los rizos no definidos

 

La niña que te ha amado siempre,

la que se siente protegida

con solo saber de tu existencia

no dejes de consentirme.

 

Mírame siempre así

para mí, tú eres mi tesoro

mírame siempre

Como tú hermanita

 

Elia Santos

 

 

 

 

 

Escritora mágica

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Recordando este lindo poema, y esos momentos en los que compartía con mis lectores.

Siempre me emociona realizar conversatorios con alumnos que han leído mi libro, compartir con ellos inquietudes, escuchar sus criticas y sus ideas creativas para que Margo (personaje de mi libro «Prejuicios rotos») vuelva a tener vida.

   Pero algo me sorprendió en el conservatorio de ayer sábado, un alumno mientras realizaba el conversatorio me hacia un hermoso regalo, y es que me escribió un poema basado en las respuesta que les di a la pregunta de cómo había surgido mi arte.

    Dejo este linda poesía para que la disfruten (adjunto la imagen de la poesía de su puño y letra).

De risas generaron tus letras

De historias formaste tu historia

Voz y letras indelebles

Capaz de penetrar el alma

Y vaciar el espíritu.

Joven valiente y perspicaz

Transmites luz, apagas la tristeza

A través de tu lira

y nos ayudas a encontrar la luz

Arrastran a los que tu obra disfrutan;

La juventud no fue tu barrera

Fuiste la explosión tras un castigo literario

Nació una artista de mano suelta

Luz y pasión transmites

Todo lo que de tu boca sale

Es música al receptor

Endúlzanos y atrápanos siempre.

Bayron Bautista

8-09-18

Navegante

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Y de cierto modo y sin preámbulos

Me arrancaste con los dientes

La ilusión de verte navegando sin descanso

Eres el navegante que ha descubierto

Los puertos secretos de mi enmarañada vida

Me arrancaste con las uñas la soledad

Dime marinero, que otros puertos has descubierto?

Dime, hay alguno mas bello que los míos?

¡Ah! incesante descubridor de mares.

He arrancado tu bandera de mi puerto

He arrancado con mis dientes tus recuerdos

He encontrado la felicidad en el viento

Que azota desde el norte mi ventana.

Elia Santos

2017

Eres…

No eres más que la sombra que vaga descalza

No eres más que el silencio que viaja oculto

No eres más que el arte que transforma mis manos

No eres más que el cielo reflejado en mis lágrimas

Eres el viento que me arrulla en mis sueños

Eres el aroma fantasmal de mis mañanas

Eres un suspiro sumergido en el viento

Eres el susurro que musita en lamentos

Tú eres mi vida disuelta en pociones de nada

Tú eres mi mundo, cavernícolo enrejado

Tú eres todo, el deseo de mis ambiciones

Tú eres todo lo que tengo.

Elia Santos

2017

Llantos

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Recordando una de mis primeras poesías.

¿Qué nos queda después de llorar?

Dudo mucho que sea la conciencia tranquila

Mucho menos la paz absoluta

Sin duda será la misma miseria

Unamos nuestras voces

Gritemos al Unisono

Clamemos altos

Nuestros infortunios

No agotemos nuestras fuerzas con llantos

Tomémonos de las manos

Gritemos alto

Hagamos que el cielo nos escuche

Que los pájaros tiemblen por nuestro eco

Que retumbe al otro lado del muro

Que se estremezcan los cimientos

De tumbas impunes.

Elia Santos

2017

Clementina Suarez (Hondureña, 1902-1991)

Clementina Suarez; poeta hondureña
El regalo

Quisiera regalarte un pedazo de mi falda, 
hoy florecida como la primavera. 

Un relámpago de color que detuviera tus ojos en mi talle
 - brazo de mar de olas inasibles-

la ebriedad de mis pies frutales con sus pasos sin tiempo. 
La raíz de mi tobillo con su eterno verdor, 

el testimonio de una mirada que te dejará en el espejo 
como arquetipo de lo eterno. 

La voluble belleza de mi rostro, 
tan cerca de morir a cada instante a fuerza de vivir apresurada. 

La sombra de mi errante cuerpo 
detenida en la propia esquina de tu casa. 

El abejeante sueño de mis pupilas 
cuando resbalan hasta tu frente. 

La hermosura de mi cara 
en una doncellez de celajes. 

La ribera de mi aniñada voz con tu sombra de increíble tamaño, 
y el ileso lenguaje que no maltrata la palabra. 

Mi alborozo de niña que vive el desabrigo 
para que tú la cubras con la armadura de tu pecho. 

O con la mano aérea del que va de viaje 
porque su sangre submarina jamás se detiene. 

La fiebre de mis noches con duendes y fantasmas 
y la virginal lluvia del río más oculto. 

Que a nivel del aire, de la tierra y el fuego, 
el vientre como abanico despliega. 

La espalda donde bordas tus manos hinchadas de oleaje, de nubes y de dicha. 
La pasión con que desgarras en el lecho 
del mismo torrente inabarcable 
como si el mismo corazón se te hiciera líquido
 y escapara de tu boca como un mar sediento. 

El manojo de mis pies despiertos andando sobre el césped. 

Como si trémulos esperaran la inexpresada cita 
donde sólo por el silencio quedaron las cadenas rotas. 

Y en tus dedos apresado el apremio de la vida 
que en libertad dejó tu sangre, 
aunque con su cascada, con su racha, 
los árboles del deshielo, 
algo de ti mismo destrozaran. 

La cabellera que brota del aire 
en líquidas miniaturas irrompibles 
para que tus manos indemnes hagan nido 
como en el sexo mismo de una rosa estremecida. 

La entraña donde te sumerges 
como buscando estrellas enterradas 
o el sabor a polvo que hará fértiles nuestros huesos. 

La boca que te muerde como si paladeara ríos de aromas; 
o hincándose los dientes matizara la vida con la muerte. 

El tálamo en que mides mi cintura en suave supervivencia intransitiva, 
en viaje por la espuma difundido o por la sangre encendida humanizado 
el mundo en que vivo estremecida de gestaciones inagotables. 

El minuto que me unge de auroras o de iridiscencias indescriptibles. 
Como si a ritmo de tu efluvio soberano 
salvarás el instante de miel inadvertida; 
O dejaras en el mágico horizonte de luces apagadas 
el tiempo desmedido y remedido. 

En que apresados quedaran los sentidos y al fin ya sin idioma, 
desnudos totalmente. 

Como si ensayando el vuelo se quemaran las alas o 
por tener cicatrices se extenuaran los brazos. 
La piel que me viste, me contiene y resuma, 

la que ata y desata mis ramajes. 
La que te abre la blanca residencia de mi cuerpo 
y te entrega su más íntimo secreto. 
Mi vena, llaga viva, casi quemadura, huella del fuego que me devora. 

El nombre con que te llamo para que seas el bienvenido. 
El rostro que nace con la aurora y se custodia de ángeles en la noche.
El pecho con que suspiro, el latido, el tic-tac entrañable que ilumina tu llegada. 

La sábana que te envuelve en tus horas de vigilia y te deja cautivo en él, 
duerme, sueño del amor. 

Árbol de mi esqueleto hasta con sus mínimas bisagras. 
El recinto sombrío de mis fémures extendidos.
La morada de mi cráneo, desgarrado lamento, 

pequeña molécula de carne jamás humillada. 
El orgullo sostenido de mis huesos al que hasta con las uñas me aferro. 
Mi canto perenne y obstinado 
que en morada de lucha y esperanza defiendo. 

La intemporal casa que mi polvo amoroso te va ofreciendo. 
El nivel del quebranto o la herida que conmigo pudo haber terminado. 

El llanto que me ha lavado y que este pequeño cuerpo ha trascendido. 
Mi sombra tendida a merced de tu recuerdo. 

La aguja imantada con su impensable polen y sus rojas brasas. 
Mi gris existencia con su primera mortaja 
Mi muerte con su pequeña eternidad.

Quién es el culpable

Quién es el culpable?
El que sueña o el que juega con los sueños
El incauto soñador que se lanza al juego de la avaricia
Un cambio al azar, una moneda al aire,
o quien manipula el azar, y da riendas a soñar.
Incautos soñadores, avaros jugadores

Elia Santos
2020

Nuestros derechos

No es necesario ser fuerte

Tienes derecho a llorar

A romperte por dentro

A gritar alto y gemir bajo

Tienes derecho a pensar

a sentir y sufrir.

A lo que no tienes derecho es;

a dejar de luchar, a rendirte.

Cuando tengas la oportunidad

Atrápala, es tuya y te la mereces.

Elia Santos

2020

Propuesta

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Que dices si nos arriesgamos

Si agarramos la vida por un instante

Y la moldeamos a nosotros

Si la coloreamos y la vestimos

De acuerdo a nuestros sueños

Que dices si por un instante

Nos acurrucamos en nuestros sueños

Y los abrazamos fuertemente,

Quizá si nos arriesgamos

La vida nos sonría alegremente

Y nuestras vidas serán una sola

Una sola en un millón de instantes

En miles de suspiros

En miles de recuerdos

Seremos uno solo, eternamente.

Elia Santos

2017-2020