Recordando una de mis primeras poesías.
¿Qué nos queda después de llorar?
Dudo mucho que sea la conciencia tranquila
Mucho menos la paz absoluta
Sin duda será la misma miseria
Unamos nuestras voces
Gritemos al Unisono
Clamemos altos
Nuestros infortunios
No agotemos nuestras fuerzas con llantos
Tomémonos de las manos
Gritemos alto
Hagamos que el cielo nos escuche
Que los pájaros tiemblen por nuestro eco
Que retumbe al otro lado del muro
Que se estremezcan los cimientos
De tumbas impunes.
Elia Santos
2017
Después de llorar alivianada queda el alma; no debemos reprimir el llanto ni dejar de clamar, en algún momento seremos escuchados. Hermoso poema, Elia.
¡Un abrazo!
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Muchas gracias Sari, lo mismo pienso, no siempre cabe la frase «ser fuerte».
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En el justo equilibrio está el secreto. ¡Nada de extremos!
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Como la mayoría de las cosas en esta vida Sari.
Un balance en todo.
Besos.
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Fuerza en tus letras.
Sugerente y alerta.
Dios Jehová escucha la oración.
Somos nosotros quienes olvidamos orar.
Y es tiempo de hacerlo.
No para que cambien las cosas.
Sí para aguantar.
Mi abrazo fuerte
Elia. Mi cariño siempre.
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Otro abrazo igual de fuerte para ti Esperanza!
Gracias por tu comentario tan acertado.
Tienes también mi cariño Esperanza.
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Gracias mi niña
Besitos y bendiciones
Adelante siempre!!!
💚💚💚
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Después de llorar nos quedan menos lágrimas. Lo demás se queda todo igual. 😉
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Así es Antonio !!!
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Cuánta fuerza en tus palabras, me encanta!
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Es lo que necesitamos muchos Claudia !
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