— Ven—, me dijeron mis recuerdos cierto día.
Traté de no escucharlos, así que continué con mi trabajo
—Ven—, repetían constantes
Así que cante alto para no escucharlos
Pero de nada servia
Pues me gritaban desde adentro,
Yo desde afuera no podía hacer nada
Continué ignorándolos, trabajando arduamente
El ruido de mi mente trabajando los ahogo
Pero solo por instantes
Ahora en la oscuridad de mi habitación
No queda más remedio que sumergirme en ellos.
Elia Santos
2017
Déjalos que afloren,
que te enseñen lo que deben,
pues los recuerdos enseñan
lo que no debemos olvidar.
Un abrazo Elia.
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Por supuesto Antonio!
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Bellísimo Elia….yo hoy tengo muchos muchos recuerdos. Son mis mejores tesoros. Un beso
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Que hermoso Winnie, Gracias por leerrme siempre!
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Y así, todas las noches… muy bello!
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Gracias Claudia.
Un abrazo.
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