Bajo el almendro…Junto al volcán

Bajo el almendro…Junto al volcán, es una novela del hondureño Julio Escoto, a quien tuve el placer de conocer años después de hacer leído esta novela y cuya charla con él fue bastante enriquecedora.

Leí esta novela cuando era adolescente, pertenecía a la biblioteca de mi madre desde hacía algunos años, yo no la leía pues al leer su sinopsis no se adaptaba a mis gustos de lectura en esa época (lo mío era el romance y la aventura) así que leer sobre conflictos políticos no estaba en mi lista de libros deseados.

Pero llego el día y gracias a Dios por ese día, en que la curiosidad me venció y lo leí.

La historia esta ambientada en el año 1969 durante el conflicto político entre; El Salvador y Honduras, pero toda su trama es ficción, lo que le dio un giro positivo a mi lectura, a medida que leía, me daba cuenta de que por prejuicios había dejado de leer un gran libro, al mismo tiempo agradecí no haberlo hecho antes, porque en ese momento me la estaba pasando genial, fue ahí donde supe que cada libro llega en el momento perfecto.

Los personajes están llenos de dinamismo, y nunca aburren, mi personaje favorito es el capitán Centella y es quien narra la historia; un personaje humorístico que no entiende de milicias ni de guerras, pero aún así decide entrenar campesinos locales, para convertirse en un pequeño ejército.

El trasfondo de novela es narrar de una forma humorística, que la oligarquía salvadoreña es la culpable del conflicto, al mismo tiempo desprestigia la labor militar, insinuando que ha sido creada para proteger a ricos y poderosos.

Esta novela fue adaptada en el 2009 al teatro, teniendo bastante éxito. Es sin duda una joya de la literatura hondureña.

Aquí les dejo la sinopsis

Capitán Centella” es el nombre de guerra que adoptó Nicanor Mejía, el alcalde de un municipio no identificado del departamento de Santa Bárbara. Mejía también es un agricultor dedicado al cultivo de naranjas. Ante la amenaza salvadoreña, el Capitán Centella, con más entusiasmo que acierto, decide entrenar por su propia cuenta a un grupo de humildes campesinos para defender sus dominios, obteniendo cómicos resultados. Para remediar su ignorancia sobre los asuntos militares, el Capitán se desvela por las noches leyendo literatura militar, sin comprender mucho los textos, los cuales están llenos de palabras complicadas y tecnicismos. Pero él se motiva por la profunda admiración que siente por el quehacer militar.


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