Hoy les quiero compartir algunas de las poesías de alguien a quien admiré mucho desde niña; Roberto Sosa (Honduras, 1930-2011) procedente de mi querido pueblo donde crecí; Yoro, Yoro, es uno de los grandes poetas centroamericanos de las últimas décadas. Sosa marcó un punto de inflexión en la poesía hondureña del siglo xx. En 1990 el gobierno de Francia lo distinguió como Caballero en la Orden de las Artes y las Letras.
LOS POBRES
Los pobres son muchos
y por eso
es imposible olvidarlos.
Seguramente
Ven
en los amaneceres
múltiples edificios
donde ellos
quisieran habitar con sus hijos.
Pueden
llevar en hombros
el féretro de una estrella.
Pueden destruir el aire como aves furiosas,
nublar el sol.
Pero desconociendo sus tesoros
entran y salen por espejos de sangre;
caminan y mueren despacio.
Por eso es imposible olvidarlos.
Límite
Estoy enfermo. Mi yo
no es sino un bulto abandonado
en un lugar con flores de doble filo.
Me arrastro como puedo
Entre hombres y mujeres de sonrisa perfecta
condicionada al cambio de las monedas falsas.
Me sobrevuelan círculos concéntricos
de sombras con brillo de navajas
que me escarban el fondo,
y nada digo.
Estoy enfermo, claro, muy enfermo,
todos están enfermos en la ciudad que habito.
Anda drogado y sucio el odio por las calles y sufre
oscuramente de frío en la cabeza.
Lejos esté el amor. Muy lejos de estos crueles edificios.
La batalla oscura
He vuelto.
El caserío se desploma y flota su nombre solamente.
Beso la tarde como quien besa una mujer dormida.
Los amigos se acercan con rumor de infancia en cada frase.
Los muchachos pronuncian mi nombre y yo admiro sus bocas con animal ternura.
Levanto una piedra como quien alza un ramo sin otro afán que la amistad segura.
La realidad sonríe tal vez porque algo
he inventado en esta historia. He vuelto, es cierto,
pero nadie me mira ni me habla, y si lo hacen,
escucho una batalladle palabras oscuras entre dientes.
(las brasas del hogar amplían los rincones
y doran las tijeras del día que se cierra).
Un esfuerzo violáceo
contiene mi garganta.
Pinochet en la balanza de pagos
El pueblo de Chile, que no se equivoca
sino en lo que debe equivocarse,
afirma de claro en claro
que Pinochet –cazador pura sangre-
vino a este mundo, la verdad sea dicha,
envuelto en un rollo de alambre de púas.
No lo conocía, un poeta comprometido con la realidad de su pueblo. Gracias por compartir su poesía.
Un abrazo
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Gracias a ti Alejandro por leer cada una de mis entradas.
Saludos desde Honduras!
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No conocía a este poeta, Elia. Me han encantado sus poemas.
¡Un abrazo!
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Me alegra que te hayan gustado Sari, gracias por estar pendiente de mi blog.
Abrazos!
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Maravilloso poeta Roberto Sosa, gracias por traerlo Elia.
Besos.
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Gracias a ti María por leer mi entrada.
Besos.
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