Te di la mano, arriesgándome al contacto
De sentir tu piel y erizarme
Mis ojos no se quitan de tus labios
El sudor de mis manos quedaron en las tuyas
¡oh! Amado mío, te he amado
desde que conocí tus secretos
te amado con vehemencia
hasta al punto de quitarme el egoísmo
Me convertí en religiosa
y oré por tu felicidad
por encima de la mía
pedí tantas cosas para ti amor.
Sin ningún interés le pedí a Dios;
dale una Mujer que lo haga feliz,
lo pedí con fervor y él me escucho,
pues ahora estamos juntos para siempre
Yo soy esa mujer… El cielo nos unió.
Elia Santos
2017
Replica a Elia Cancelar la respuesta