Hace algunos años,
En mis años de infante
Te escribí unas letras
Garabatos de amor eran.
Eran letras torpes
Producto de mi amor
Con una pizca de admiración
Combinados con envidia
No te asustes
Es envidia de la buena
Siempre quise ser igual a ti
Aunque sea un cuarto
Sin embargo, te cuento…
(Te imagino con tus ojos vivaces
Escuchando mis historietas)
Pero esta no es una historia de esas.
Te cuento;
Hay huecos de recuerdos
Que hoy se llenan por completo
Recordé esas letras
Te las diré sin más preámbulo;
“Hermana mía, vuela alto
No mires hacia abajo, no temas
Pues yo siempre volare tras de ti”
Elia Santos
2004-2017
Que bellas palabras!
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Muchas gracias Paola!
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Cuando se te frunce el ceño por leer, es la sensibilidad que ha de entenderte, a través del imaginario papel, dignidad del ser, alentando a su ángel a otro vergel…
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Hermoso como lo descifraste Daxiel.
Gracias por comentar.
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Gracias a vos por escribir.
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¡Hermoso!
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Gracias!
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Leerlo una y otra vez para ver los matices de tu sensibilidad. Qué belleza de versos!!!! Enhorabuena.
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Gracias Luis, estaba terminando de leer tu entrada, El ajedrez de la vida, hermoso.
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Jajajaja. Nos estamos solapando!!! Me encanta tu forma de escribir
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y a mi me encanta la tuya, es tan inspirador saber que hay mucho como uno, capaces de resumir sus pensamientos en unas lineas.
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Gracias Saricarmen, lo he hecho con mucha ternura.
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¡Cuánta ternura expresan tus versos! ¡Hermoso poema, Elia!
¡Un abrazo!
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🙂
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Hermoso poema!
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Hermoso
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Muchas Gracias por leerlo, un beso.
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